El equilibrio emocional se fundamenta en los aprecios y desprecios que recibimos de quienes nos rodean y, en general, parece que la salud sentimental del mundo no está en su mejor momento.
Hoy día es muy fácil dar aprecios y desprecios de forma ‘gratuita’. En redes sociales está la veda abierta y legiones de usuarios sociales se confabulan para adorar a alguien o para hundirlo. Es como si no hubiera otra opción y directamente se despreciara todo lo que no se sabe apreciar.
Personalmente no me gustan los desprecios, intento no juzgar a nadie, pero por ese mismo motivo, tampoco regalo aprecios. Entiendo que muchas personas considerarán que soy poco sociable y puede que otras interpreten mi falta de aprecio como un desprecio, pero no es esa mi intención. A pesar de todo, comprendo que ocurra, aunque no por eso voy a dejar de ser cómo soy. No seré el más popular, lo entiendo, pero intento ser el más honesto que conozco, algo que no es apreciable desde fuera, aunque espero que tampoco sea despreciable…
Deja una respuesta