El término ‘entradilla’ en el español televisivo tiene varios significados, pero aquí nos interesa el que hace referencia al guion de programas de entretenimiento.
En su origen la ‘entradilla’ es un término periodístico tal y como recoge el diccionario de la RAE: «Comienzo de una información periodística que resume lo más importante de ella». Está claro que una ‘entradilla’ periodística clásica solo buscaba resumir un contenido más amplio, sin embargo, en los programas de televisión se empezó a usar el término ‘entradilla’ para dar paso a un vídeo o para presentar a un invitado. Este cambio fue fundamental para que los guionistas implementáramos (qué bien queda esta palabra siempre) en la ‘entradilla’ un concepto de atracción, es decir, además de resumir lo que iba a ocurrir, también debía servir para atraer la atención del espectador y evitar su huida a otra cadena.
En el recuerdo de todos están las mega-entradillas que hacían clásicos presentadores del pasado para presentar a cantantes o celebrities en sus programas, en las que, de forma pomposa, desgranaban una serie de logros antes de mencionar el nombre de la estrella. Por ejemplo, si querían presentar a Raphael en un programa de los años ochenta o noventa, la ‘entradilla’ podría haber sido algo así: «A continuación vamos a recibir a un hombre que ha conquistado con su voz mas territorios que Alejandro Magno, un cantante que ha paseado el nombre de España desde Nueva York hasta la plaza roja de Moscú. Un artista cuyo nombre representa los valores más arraigados de nuestra civilización. Con todos nosotros Raphael…» Y entraba Raphael en el plató entre aplausos enfervorecidos del público y con los espectadores en casa impresionados, porque no sabían si iban a presenciar el debut de ‘El Cordobés’ como cantante o a asistir a la resurrección del Cid campeador como rockero…
En la actualidad prima más la naturalidad y la sencillez, pero sin olvidar que la ‘entradilla’ debe servir no solo para avanzar un contenido, sino también para atraer y fidelizar al espectador, por eso ahora sería más afectivo algo así: «Saludamos ahora a Raphael un cantante con mucho pasado, pero que siempre mira al futuro, un aplauso para él» Una ‘entradilla’ corta y contundente. El simple nombre de Raphael ya convoca y atrae espectadores, por tanto, no tiene sentido retrasar su mención, es mejor empezar por él y luego acompañarlo de una frase que complemente, no hace falta más para tener una buena ‘entradilla’ que cumpla con su función de avanzar y atraer la atención del espectador.
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